Con una conmovedora historia a cuestas, el cantante norteamericano visitará la Argentina en agosto, para realizar diversas tareas culturales y de beneficencia.Quien fuera, durante su infancia, un homeless, se dedica hoy a llevar un mensaje alentador y, a través de su ONG, ayuda a los más necesitados.
Keron
Jackson creció
prácticamente en la calle, sin ningún tipo de fundamento. Sólo tenía un amigo
mayor que él, maestro y responsable de llevarlo a una escuela y apoyarlo.
Si bien ir
a la escuela no era atractivo para Keron, sí lo eran las tres comidas al
día que ofrecía el establecimiento educativo además de un dormitorio limpio.
Allí conoció a una pareja “blanca” que
le ofreció ir a vivir con ellos en tiempo de vacaciones. Keron recuerda que se preguntó “¡Qué extraña es ésta pareja! Ellos son
blancos y pequeños, yo negro y de gran tamaño ¿y quieren ayudarme a mí?”
Su vida
comenzó a cambiar realmente. En este tiempo conoció a John, quien además de
darle trabajo le llevó por primera vez a la iglesia. “Dios y yo nos llevábamos mal porque lo
culpé de todo lo que me había pasado en la vida. Sufrir abusos, tener padres
drogadictos, vivir en situación de calle… y pensar que Dios debía cuidar de los niños, ¿dónde
está El ahora?”, era su reflexión.
Fue a la Escuela Dominical y a la edad de 23 años una de las clases lo
“adoptó” como un proyecto de ayuda, y pasó de no tener a nadie en la vida que le
diera amor a un grupo grande de gente que se preocupaba continuamente por él. Keron pasó de ser un chico despreciado
a ser alguien amado por todos.
La manera
en que inició su carrera como cantante fue muy especial. Keron cuenta que en un momento dado se
acercó a una de las mujeres de la iglesia y le preguntó “¿Por qué me dan de comer y se preocupan por
mí si yo no puedo pagarles lo que están haciendo? Además, ¡soy de otro
color!” Ella le respondió que lo hacían porque eran cristianos. Ese concepto
le cambió la vida y la perspectiva que tenía de ella. En esa iglesia también se
encontraba Lilly, otra mujer blanca, de contextura pequeña, que le enseñó a
cantar. Lo primero que cantó fue “Amazing
Grace” y luego fue aprendiendo varias italianas y así sucesivamente hasta el
punto de tener una larga lista de repertorio clásico con el que audicionaba y
logró ingresar en la Universidad de Baylor, Dallas, Texas. Fue becado para hacer
su carrera universitaria con orientación en canto. Al terminar, obtuvo su primer contrato en la
ópera de Dallas.
Keron
Jackson alcanzó
notoriedad con el estreno de la última ópera de Jake Heggies "Moby Dick" en el rol de Daggoo,
junto a la compañía operística de Dallas. También fue aclamado en el papel de
Joe en "Showboat", en el resurgimiento de Jerome Kern y Oscar Hammerstein I. Con
el London Foundation cantó la famosa canción "O´l Man River", con guión original y
orquesta del famoso conductor Jay Díaz, de New York, en el Teatro
Lyric.
“Mi don es
del Señor, para bendecir a su pueblo”, dice Keron, quien ha viajado alrededor del
mundo contando su testimonio, predicando y bendiciendo con su voz. Tiene una ONG
llamada “Fallowing your gift”, a
través de la cual realiza en los Estados Unidos y diferentes países, obras
solidarias.
Del 7 al 13 de agosto, Keron Jackson visitará la Argentina en
el marco de una serie de eventos de carácter cultural y benéfico, que tendrán
lugar en distintos puntos de la Capital Federal y el Gran Buenos
Aires.
FUENTE: Agencia Sileo y Sileo
1 comentario:
Estimado Keron, ayer nos visitaste en nuestro Colegio Homero Manzi, escuchar tus canciones y oir tu historia de vida. Historia, que me ayudará más en lo personal a seguir entregándome a mis semejante con amor y dulzura. En este colegio soy profesor, y me gusta serlo y ayudar a mis pibes. Al escuchar tu historia coincidieron con una de las premisas mías: Nunca pensemos en quedarnos donde estamos miremos más allá, ampliemos esos sueños y lleguemos a ella con un poco más de esfuerzo y voluntad, no hay nada perdido en la vida. Es cierto que no todo es fácil, pero eso no debe de cohibir en llegar nuestros ideales. También es cierto que siempre hay alguien físicamente nos tiende la mano y nosotros por nuestra ceguera no la aceptamos y perdimos. Particularmente, no ví directamente esa mano pero aprendí algo de otros: LA FE; esa fe a ese ser espiritual que nunca conocí de carne y hueso pero en mi corazón existe y lo elevo a lo más alto para que los otros lo veamos con los ojos del corazón - valga la redundancia-. A esa FE que aprendí mucho gracias a los hermanos Bernardo Baumann, Pedro y Susana Friedli, todos ellos suizos. Que llegaron al barrio donde yo vivía en ese entonces, en una misión pastoral de la Iglesia católica. Queda como asignatura pendiente, la de ir a visitarles en su propia casa de sorpresa, cuando las condiciones se me presenten favorables.
Hermano Keron, gracias por llegar a este país, a nuestro barrio, a Mi colegio Homero Manzi.
Espero también por este canal a llegar hacia vos y tener un medio más directo como es tu correo electrónico. Y seguirte espiritualmente desde donde esté.
GRACIAS, KERON JACKSON.
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